“El vino, a través de una cata, consigue hacerte pisar la tierra en la que se ha producido”

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Cuando preguntamos a Roberto Durán, ganador del título Mejor Sumiller de España 2015, por la palabra que mejor define a nuestros vinos, no lo duda ni un segundo: “esa palabra es satisfacción: tienen una altísima calidad, un buen precio, y se hacen con alma y con pasión”

Este madrileño de nacimiento, catalán en su formación y mallorquín en su corazón, consiguió alzarse con el título en la III edición de este campeonato, organizado por la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres (UAES). A pesar de llegar al mundo del vino casi por casualidad, ha conseguido posicionarse en lo más alto gracias a su dedicación y su constancia.

– ¿De dónde te viene la afición al vino?

Fue un poco de rebote porque yo no conocía el mundo de la hostelería; en realidad en aquel momento tenía formación como administrativo pero al entrar en contacto con el mundo del vino, me encantó y decidí prepararme y desarrollar mi carrera profesional en ese campo.

-¿Cuáles fueron tus primeros pasos?

En el año 2008 empecé a trabajar en un restaurante, en Mallorca, para la temporada alta en hostelería y echaron al sumiller que había. Me dejaron a mí al cargo de una bodega con 350 referencias y empecé a leer y documentarme porque no sabía nada. Luego me fui a trabajar a un restaurante con bodega en Yecla, El Señorío de Barahonda, donde seguí aprendiendo y conocí las especialidades de la zona del Mediterráneo, la variedad Monastrell… Después volvieron a llamarme de Mallorca, y regresé para trabajar a las órdenes del mejor sumiller de España y cuando terminé la temporada lo tenía muy claro y me marché a Barcelona a estudiar.

– ¿Cómo fue esa época?

Estudié en la Universidad de Turismo, y empecé a trabajar con Paco Pérez, uno de los mejores chefs del momento que cuenta con 5 estrellas Michelín. Seguí estudiando y empecé a preparar campeonatos. Cuando volví a Mallorca, con Miguel Ángel Prieto  (Mejor Sumiller de España 1997) me presenté al de Baleares, lo gané y quedé tercero en el campeonato de España. En 2014 me dediqué exclusivamente a preparar el campeonato nacional y, después de ganar el de Baleares por segundo año consecutivo, conseguí el nacional en León.

-¿Qué ha supuesto para ti conseguir el título de Mejor Sumiller de España 2015?

Es un reconocimiento a muchas horas de trabajo y de estudio, y una dedicación exclusiva al mundo del vino. Es una carrera de fondo, donde no es fácil llegar; ya lo había intentado otras veces y no pudo ser, pero con constancia y trabajo, al final lo conseguí.

-Actualmente trabajas en el Club  67 Pall Mall, en Londres. ¿Qué tiene de especial este trabajo que ha hecho que abandonaras tu país?

Lo que me movió sobre todo fue la posibilidad de estudiar el Máster Sumiller, que es una distinción que solo tienen alrededor de 230 o 240 personas en el mundo. Además, trabajo codo a codo con personas del mundo del vino de casi todos los países; por ejemplo, como primer sumiller, trabajo con el campeón de Grecia durante varios años, y como Assistant, el ganador del campeonato de Sudáfrica.

Además, las posibilidades de seguir aprendiendo que ofrece este club son enormes; tiene más de 5000 referencias, lo que supone una de las cartas de vinos más extensas del mundo. Hay disponibles más de 500 referencias a copas, y la posibilidad de entrar en contacto con las mejores etiquetas del mundo, cosa que no había tenido oportunidad en España. Para mí, es un paraíso, porque estoy en contacto con el vino prácticamente todo el día, entre mi jornada laboral y mis estudios.

– ¿Existe una conexión especial entre la botella y el sumiller? ¿Realmente el vino puede transmitir emociones?

Sí, por supuesto, te dejas llevar por los aromas del vino, que son capaces de transportarte a su lugar de origen. El vino, a través de una cata, consigue hacerte pisar la tierra en la que se ha producido. Creo que es un ejercicio que todos deberíamos aprender, porque es importante usar todos los sentidos cuando comemos o bebemos algo, no solo la vista.

-¿Crees que el consumo del vino en España suele estar asociado con grandes ocasiones o celebraciones especiales?

El vino es para compartir, por supuesto. Es importante disfrutarlo con alguien, pero creo que esta cultura está cambiado, de forma lenta pero apreciable, y cada vez somos más los que disfrutamos del vino en cualquier ocasión, incluidos los días normales.

-¿Y el consumo de vino entre los jóvenes?

La gente joven se va interesando cada vez más en conocer este mundo y saben cuándo deben tomar un vino rosado o un blanco ligero, en una cena con amigos en casa. Además, hay vinos fantásticos por 7, 8 ó 9 euros, no es necesario gastar demasiado y es fácil adaptarse a todos los bolsillos.

-¿Cómo ves el futuro de las profesiones ligadas al vino en nuestro país?

Hay una tendencia al alza, y tanto los profesionales como los comensales están cada vez más formados, ya no es como en los años 60-70. Pero es importante que intentemos mantener esta tendencia y que todos pongamos de nuestra parte, para evitar los abusos que se hacen a veces en los precios al público, porque el cliente está dispuesto a pagar, pero solo si recibe un buen servicio a cambio.

 

-Después de conseguir el título de Mejor Sumiller de España, ¿cuál es tu siguiente reto?

De momento mi reto más próximo es el Máster Sumiller, para prepararlo lo mejor posible. Todavía no tengo claro si me presentaré en España en 2017 para el siguiente concurso, y el campeonato mundial lo veo un poco lejos. Estoy aún disfrutando el premio de 2015, que fue un gran año con un trabajo muy bien hecho y que tuvo la mejor recompensa.

-¿Cuál es tu sueño, en el terreno laboral?

Me encantaría montar una escuela para ayudar a formarse a futuros sumilleres. Aún no tengo demasiado centrados los detalles pero este sueño me da ánimos para ir superando los diferentes peldaños hasta llegar a conseguirlo.

 

 

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