La Caprichosa, nueva añada y nuevo diseño

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La bodega vallisoletana Palacio de Bornos, perteneciente a la D.O. Rueda, lanza la nueva añada de uno de sus mayores tesoros: La Caprichosa. Un Verdejo con marcada personalidad que se presenta ahora con nombre propio y bajo una nueva imagen que refleja la seriedad y calidad de este vino.

En la línea que marca el clasicismo de los vinos blancos de gama alta, el nuevo diseño se inspira en la cartografía antigua, haciendo referencia al mapa de la finca de la que procede. Una composición que refuerza la seriedad, elegancia y, por supuesto, la alta calidad del producto. “En la etiqueta hemos decidido dar mayor protagonismo a La Caprichosa frente a Palacio de Bornos, con el objetivo de poner de manifiesto la personalidad propia y diferenciada que este vino tiene respecto al resto de la gama, así como para destacar el viñedo viejo del que procede”, explica Fernando Zaratiegui, Director General de BORNOS Bodegas & Viñedos.

Viñedo viejo

La Caprichosa se elabora únicamente con uva de la variedad Verdejo procedente del viñedo más especial de la Bodega, ubicado en la finca que da nombre al vino, con más de tres décadas de antigüedad. Son siete hectáreas y media de superficie, 2.222 cepas por hectárea y un rendimiento de 4.000 kg/ha. Plantado en vaso, en suelos cascajosos de baja fertilidad, la vendimia se realiza a mano, mimando la uva y realizando una primera selección en cajas en el propio terreno y otra posterior en mesa a su entrada en la Bodega.

Largo y cuidadoso proceso de elaboración

Tras el despalillado de la uva, se lleva a cabo una larga maceración pre-fermentativa a baja temperatura (10ºC) y sangrado posterior del mosto yema. La lenta fermentación se realiza en depósitos de acero inoxidable, también a baja temperatura (14ºC), para mantener la intensidad aromática. Terminada la fermentación (15 días), el vino permanece durante tres meses sobre sus lías, según apunta la enóloga, Pilar García del Pino, que se remueven de forma periódica para lograr un mayor carácter y untuosidad. Este proceso, que emplea la técnica del bâtonnage o bastoneo, ayuda a la oxigenación y estabilización del vino, aportando, además, sedosidad, volumen y carácter. “Lo que diferencia a La Caprichosa es la complejidad de su elaboración sobre lías, que le permite perdurar más y mejor en el tiempo”, sostiene la enóloga.

Notas de cata

En su elaboración se ha preservado la elegancia aromática varietal, así como su estructura y frescura, mientras que el trabajo con las lías finas ha impulsado la potencia en nariz y la redondez en boca. El resultado, un blanco intenso y serio, sólido, con cuerpo, rotundo en sabores y muy sugestivo en su conjunto. De color amarillo pálido con reflejos verdosos, en nariz se aprecia su alta intensidad aromática, marcada por ese amplio abanico de varietales, como el heno, balsámicos y cítricos, con un aporte de madurez, fruto del trabajo con las lías”, describe Pilar García, que resalta el resultado en boca. “Es un vino con buena estructura, equilibrado, untuoso y con un postgusto que perdura en el tiempo y recuerda los aromas percibidos en nariz”.

 

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